O no serás nada.
Con ese dramatismo cargado en el título llega una película que retrata conquistas y luchas del gran embajador del tenis argentino en el mundo.
El próximo 27 de octubre Netflix estrenará Vilas: Serás lo que debas ser o no serás nada.
Esta es la historia de Guillermo Vilas, el gran campeón, la leyenda del tenis argentino, que por más de 40 años reclamó por la revisión de los rankings para ser reconocido número 1 del mundo, avalándose en pruebas irrefutables que la ATP ha desoído sistemáticamente.
Y hay que decir que también es la historia de una unión única, milagrosa, entre un periodista, Eduardo Puppo, su camino a la par retratando logros y copas de Willy, pero además emprendiendo una lucha sin igual durante más de 10 años contra una de las más grandes corporaciones deportivas para demostrar que efectivamente Vilas había sido injustamente desplazado de la cima del tenis mundial.
La investigación revisa todos los resultados que conformaron los rankings del tenis masculino mundial entre 1973 y 1978.
El documental es un match de 90 minutos sobre esta figura del deporte, lo que representa en el mundo, lo que representa para los pares, lo que representa para la historia mundial del tenis.
Pero ante todo, este documental, es una pieza única que nos muestra el reflejo del alma de Guillermo Vilas.
«Soy tenista. No tengo que bajar los brazos». Cada palabra de Vilas contando sus pasos, sus deseos, sus frustraciones, su dolor, sus orgullos, nos acercan a un deportista excepcional, que más allá de haber dejado todo en la cancha, se resignifica y se agiganta al mostrar su temple para atravesar el sendero de la injusticia.
Matías Gueilburt dirige el filme que presenta testimonios de Rafa Nadal, Roger Federer, Mats Wilander, Boris Becker, Rod Laver, Björn Borg, Gabriela Sabatini, Ion Tiriac, Richard Evans, Christopher Clarey, Peter Bodo.
Hay imágenes de archivo y tesoros compartidos a los ojos del público, hay un aire poderoso de tributo, pero sobre todo, hay escenas tan conmovedoras, que convierten este trabajo en un pedacito de corazón ofrecido.
Y ¿Quién dijo que todo está perdido cuando alguien viene a ofrecer su corazón?.